Su posado tranquilo desconcierta.
Luis Pallares es un torbellino movido por el entusiasmo y la ambición. A sus 45 años de edad, ha fundado varios negocios, ha sido padre de tres hijos, competido en una maratón en el polo Norte, estudiado en el
MIT y empezado a construir una avioneta. Duerme poco y nunca para, aunque últimamente una dolencia le haya obligado a bajar un poco el ritmo. La electrónica es su gran pasión y desde hace tres años, está al frente de su proyecto más ambicioso:
Plyzer Technologies, una empresa de inteligencia artificial que controla la vida de cualquier producto en la red.
Nacido en Barcelona en el seno de una familia de empresarios industriales, Pallares fue de pequeño un alumno brillante y conflictivo. "A los 13 años, tuve que abandonar la escuela y al poco tiempo, me dijeron que era superdotado. Me quisieron llevar a escuelas especiales pero en casa prefirieron una educación convencional". Sin embargo, pocos años después, Pallares voló a Estados Unidos para cursar el bachillerato. "Unos años locos, en los que conocí a personas que más tarde me llevaron al MIT".