El control de stocks habría servido, por ejemplo, para prever el aumento de la demanda –fue un proceso progresivo– de
mascarillas respiratorias en las farmacias de España, en la fase más álgida del
coronavirus, causante de la neumonía de Wuhan (China), evitando así que la situación se desbordara y saliera incluso en medios de comunicación.
El 31 de enero,
según datos de Plyzer Intelligence,
un 63% de los e-commerce de oficinas de farmacia se encontraron sin existencias de productos como la Mascarilla con alto poder filtrante de Aseptex y un 7% advertía que les quedaban pocas unidades en stock.
El control de datos de venta y stocks podía haber evitado el desabastecimiento. La compañía que monitorizara ese mercado habría visto que, en dos semanas,
la cobertura de mercado pasó del 24% al 16%, y solamente el 37% de las oficinas de farmacia que ofrecían ese producto seguían teniendo stock. Esta información a tiempo real permite imponerse a la competencia de manera eficaz.
“A no ser que haya un desabastecimiento en producción, una farmacia no debería decir nunca que no dispone de stock en su canal online”, añade Belén Ramírez. “Si en el offline, la mayoría de oficinas trabaja con mayoristas que sirven el producto en una hora, en el online deberían estarlo vendiendo siempre”, concluye.
En general, más allá del sector farmacéutico, los esfuerzos en cuanto a
campañas de marketing y en la cadena de suministro se vuelven inútiles si no aseguramos la disponibilidad de nuestros productos, lo que comporta que a veces, el coste de la rotura de stock a nivel logístico sea mayor que la pérdida de la venta en sí misma.
La
planificación inteligente del inventario, gracias a la gestión de los datos de plataformas como la nuestra, asegura la optimización del control de existencias y el equilibrio necesario para rentabilizar ventas. Además, el análisis del comportamiento de la demanda ayuda a las compañías a
aprovisionar de manera fiable la evolución de las ventas en periodos concretos.