Humanizar las máquinas genera confianza. Esto queda patente en las herramientas de atención al consumidor basadas en inteligencia artificial como
asistentes virtuales y chatbots. Pero esto no significa que las personas confiemos más en los humanos que en la inteligencia artificial. Un estudio desarrollado por Jennifer M. Logg (Harvard Business School), Julia A. Minson Universidad de Harvard) y Don A. Moore (Universidad de California) probaría precisamente lo contrario: confiamos más en los algoritmos que en las personas.
En el estudio “
Algorithm Appreciation: People Prefer Algorithmic To Human Judgment”, se realizaron seis experimentos con 1.260 usuarios. Estos debían realizar predicciones y juicios sobre distintos temas. Posteriormente se les ofrecían consejos para revisar sus predicciones, provenientes de otras personas o de un algoritmo. La mayoría, utilizó los consejos generados por la inteligencia artificial.
Paradójicamente, cuando la muestra fueron profesionales que hacen pronósticos de manera regular, estos confiaron menos en el asesoramiento algorítmico que el resto, lo que perjudicó su precisión.
“Nuestros estudios dejan intuir que las personas aceptan muy positivamente la ayuda de los algoritmos y que pueden incluso confiar más en ellos que en otras personas”, escriben las investigadoras, “lo que señala la importancia del uso del
Big Data y el asesoramiento algorítmico que podemos generar basándonos en él”.
En el mundo de las empresas, el análisis de Big Data y la aplicación de inteligencia artificial permite la
automatización de decisiones, ganando eficacia y eficiencia, evitando errores humanos de manipulación y/o fugas de información y permitiendo enfocar la energía de los trabajadores en las tareas para los que son imprescindibles.